La Empresa Familiar compite en el mercado en igualdad de condiciones que cualquier otra compañía y está sujeta a las mismas exigencias de eficiencia y competencia. Su rasgo distintivo es lo que denominamos “efecto familia”: un conjunto de particularidades que, según cómo se gestionen, pueden convertirse en ventajas y oportunidades, o bien en factores que limiten el crecimiento e incluso pongan en riesgo la continuidad del negocio.
Conocer y reflexionar sobre los desafíos y problemáticas que surgen en las distintas etapas del ciclo de vida de la Empresa Familiar y de la Familia Empresaria permite establecer pautas claras para acompañar su desarrollo con solidez, anticipar dificultades y prevenir riesgos que comprometan su continuidad.
La formación de los accionistas es clave para fortalecer su compromiso y brindar el apoyo necesario en el logro de los objetivos de la Empresa Familiar a lo largo del tiempo. Tanto los actuales como los futuros, los activos como los pasivos, deberán “conversar en un mismo lenguaje” al momento de comprender las necesidades y expectativas de la familia, así como las oportunidades y limitaciones del grupo empresario familiar.
En los Talleres para Familias Empresarias se promueve la reflexión a partir de situaciones y casos comparables a los de la propia familia. El objetivo es generar un espacio de diálogo y aprendizaje en torno a los temas de interés común: el solapamiento entre empresa y familia, la distinción de roles y funciones, los procesos de sucesión y la convivencia intergeneracional, así como la actualización de los sistemas de gobierno, entre otros.